El día, comenzó con muy buen tiempo, salgo sin desayunar, termino de bajar hasta Ponferrada, doy una vuelta por la ciudad y enfilo su Avda Galicia para dirigirme hacia Villafranca del Bierzo, paso por Cacabelos y alcanzo Villafranca en un par de horas, así que decido que ya es buena hora de desayunar, me aprieto un café y un croissant plancha que sabe a gloria bendita !
Después de pasar por Villafranca del Bierzo me dirijo con la mente puesta en la subida a O Cebreiro. La subida ha este puerto es dura, bastante dura, pero lo cierto es que la subo con bastante soltura. Lo malo de esta subida no está aquí, sino más adelante, en el Alto Do Poio, cuando llego a este no puedo hago más que soltar mi bici en el bar que está allí justamente y parar a echar gasolina al camelbak y un aquarius para tomar algo de respiro.
Después de respirar hago el descenso hasta Triacastela donde paro a comer, macarrones y pollo ... la verdad es que delicioso, lo peor de la comida un gato que andaba rondando por allí poniendo en riesgo mi alergia y lo que me quedaba de día. Mientras comía charlé con un par de chicos (de Bilbao y de las Rías Baixas) que hacían el camino a pie, el encuentro hizo retrasar mi salida, peeeero compartimos un buen rato.
En Triacastela decido tomar el desvío que indica el camino por San Xil, ya que según había comentado el camerero del bar donde comí a los chicos con los que hablé este era el camino original ... Por este lado recorro el camino a través del monte, trialeras, repechos, raíces, piedras y toda la clase de dificultades hasta que me topo con un tremendo cuestón de piedras sueltas que ni se me pasa por la cabeza bajar a los lomos de mi trek, así que hecho pie al suelo y cuando me quiero dar cuenta ... zas ! un par de cabras en el camino. Al menos la foto ha quedao bien bonita.
Este camino se hace bastante duro, por la acumulación de km y por el terreno, aunque las vistas y paisajes del lugar reconfortan y ayudan a seguir.
Este camino me deja en Samos, en principio no debería ser así, por lo que asumo que en algún desvío me he equivocado, en fin, con tranquilidad continúo desde Samos por carretera hasta Sarria. Una vez allí, me encuentro por primera vez con un fin de etapa en una ciudad, me encuentro bastante perdido, saco la guía y llamo al primer albergue del listado ... NADA ! ... completo ... me da mala espina y creo que igual no era buena idea haber terminado allí la etapa. Me aparto de la carretera y llamo al segundo de la lista, Albergue A Pedra, el interlocutor me pregunta que cuántos somos ... pues uno, me da la dirección y después de preguntar me dirijo en búsqueda del albergue.
Por el camino me encuentro con dos sujetos, los recordaba fugazmente de algo, si, estuvimos juntos en el albergue de Molinaseca, me preguntar por algún alojamiento y les comento mi situación, deciden venirse al albergue por si hubiera sitio para ellos también. Afortunadamente para ellos había plazas disponibles, y afortunadamente para mi también, por que su compañía a partir de aquí se convirtió en uno de los grandes recuerdos del camino.
Después de desistir con la china, nos duchamos en la otra casa, la verdad es que este albergue está fenomenal, y nos fuimos a tomar una cervecilla para culminar el día. Cervecilla o litrazo jejejeje que nos reconfortó a casi todos ... jejejeje
Cenamos un plato combinado, a base de carapalantes y sudokus ... de vuelta al albergue pasamos por el bar del albergue a tomar la última, conversamos con el paisano que regenta el local ... un ser un tanto peculiar que también me reconoce por PECHO LATA ...
Al rato nos vamos a dormir por que sin duda fue una jornada dura, no sin antes echarnos unas risas con las anécdotas de Ramón y Junco, que así es como se llaman los dos compañeros de camino que me adoptaron ... entre la Nivea y el Carapalante acabos el día entre risas.
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